Steven Pincay, (SCAG).- 30 movimientos y grupos eclesiales de la Arquidiócesis de Guayaquil culminaron el proceso de escucha, que corresponde a la primera parte del VIII Sínodo Arquidiocesano. Los encuentros fueron culminaron el pasado 4 de mayo en el auditorio del Seminario Mayor.
El VIII Sínodo Arquidiocesano es un fruto del Sínodo de la Sinodalidad, propuesto por el Papa Francisco en 2021, para dar apertura a los feligreses a contribuir con mejorar la evangelización en la Iglesia Universal, adaptándose a las diferentes realidades de las comunidades locales.
En febrero pasado, los coordinadores de los movimientos eclesiales se reunieron con el Cardenal Luis Cabrera, OFM., arzobispo de Guayaquil, para conocer las directrices del VIII Sínodo Arquidiocesano y su importancia para la misión evangelizadora de la Iglesia en Guayaquil.
En las siguientes reuniones, los participantes trabajaron en grupos para escuchar las diferentes realidades de sus movimientos y grupos eclesiales; cuyos temas principales fueron la vocación religiosa y el matrimonio. Luego del encuentro, cada coordinador compartió de manera interna las dudas y sugerencia de su comunidad.
“En la diversidad en la que trabajemos, en la oración al Espíritu Santo para que él el que haga el mejor trabajo, nosotros seamos sus colaboradores, es que como Iglesia tenemos que avanzar, tenemos que crear esa unidad en la diversidad porque todos “Hijos de Dios” y a la luz del evangelio, podemos hacer un documento que cubra nuestras dudas y necesidades de cercanía con nuestros pastores”, explicó Manuela Ulloa de Jácome, coordinadora arquidiocesana de los movimientos eclesiales.
Tras el proceso de escucha, se formó una comisión de cinco personas, quienes se encargarán de elaborar la síntesis con lo tratado en los 4 encuentros sinodales para redactar el documento base de los movimientos y grupos eclesiales, que luego será revisado por los Obispos de Arquidiócesis de Guayaquil para tomar decisiones pastorales sobre la evangelización en la ciudad.
Diferentes grupos como la vida consagrada, sacerdotes y feligreses se encuentran en el proceso de escucha para compartir los desafíos que enfrentan en su trabajo pastoral y las sugerencias para mejorar la evangelización.
